De gran importancia en la Hidrología de la región pues aquí nacen el Río Frío, Río Mante, Río Santa Clara y el Tantoán. De sus cuevas se abastecen de agua algunas poblaciones y ejidos como es el caso de las Grutas de Quintero, la Cueva de Praxedis Guerrero y Ojo de Agua.
Existen cuevas y sótanos interesantes de visitar como las Cuevas de Zapata, las Cuevas del Cañón de la Servilleta, las Grutas de Quintero, la Cueva del Abra y su sótano, la Cueva de Praxedis Guerrero, el Sótano del Bosque y los Sótanos del Salvador, en los límites estatales. Todos los lugares que he mencionado se encuentran en el lado tamaulipeco de esta sierra, que a mi juicio es de más interés para los lectores.
Esto me llevó a contactar personas del municipio de Antiguo Morelos, que me informaron ampliamente sobre como llegar ahí, pero no me pudieron confirmar la presencia de estos cuadrúmanos. Existen antecedentes de poblaciones de mono araña en la región, pues Leopold Starker menciona en su libro “FAUNA SILVESTRE DE MEXICO” que el rango de distribución de esta especie en el país, llegaba hasta el Sur de Tamaulipas. Joaquín Meade en su Monografía de “LA HUASTECA TAMAULIPECA, Tomo III” al describir la fauna de la ExHacienda del Naranjo (el casco con su castillo se encuentran en el Poblado de la Nueva Apolonia), nos relata que de tarde en tarde se observaban monos. La Cascada de Micos, al Poniente de Ciudad Valles, San Luis Potosí, recibe este nombre, por la abundancia de estos animales en los bosques aledaños a finales del siglo pasado y cuya población se extinguió debido a la venta de los mismos a los viajeros que utilizaban la vía férrea San Luis Potosí-Tampico, que pasa por este lugar.
ASCENSO AL SOTANO.
El grupo fue integrado por Jesús García López (que filmó un video del sótano un año antes), Juan Aguirre Liñán y Marco Moreno Castellanos, dos cortadores de palmilla que viven en el ejido cercano y que nos auxiliaron como guías y un servidor.
De este lugar se puede observar el lado Oriente que antes de bajar abruptamente a la planicie agrícola, forma una especie de “U” abierta, en el fondo de la cual se encuentra el sótano. Debido al monte existente no pudimos detectar a simple vista la boca de la cavidad, por lo que tuvimos que intentar abrir varios caminos y en última instancia gritar tratando de escuchar algún eco que se reflejara hacia nosotros. De gran ayuda fueron las señales (listones anaranjados amarrados a los árboles) que dejaron un grupo de investigadores norteamericanos que visitaron el lugar un par de años antes. Habiendo al fin encontrado nuestro objetivo, descendimos por un costado no tan inclinado del mismo hasta llegar al centro del sótano donde crece un bosque de árboles de gran tamaño, probablemente una variedad de encinos (de ahí el nombre del lugar). Escogimos para descansar una pared que forma una especie de techo de 35 metros de altura sobre el piso del sótano y fuimos recibidos con un gran escándalo por los pericos conocidos comúnmente como quilas y que huyeron precipitadamente al avistarnos.
En el interior del sótano tiene tierra arenosa y suave y hay unos elechos grandes de maravilloso aspecto. Foto: Jean Louis Lacaille M. La altura que hay hasta el techo donde una persona puede lleguar es como de 15 metros. Foto: Jean Louis Lacaille M.Esta foto la tome cuando nos disponiamos a calentar nuestros alimentos despues de 4 horas de camino. Foto. J. Jesús García López.
Se pude apreciar las paredes de roca de origen caliso. Foto: J. Jesús García López. La grandeza de este lugar nos dejo con la boca abierta, la naturaleza nos regala lugares bonitos como este. Foto. J. Jesús García López.
Las abejas que estan hasta arriba se nos aventaron y tubimos que cubrirnos detras de estas piedras. Foto: J. Jesús García López.
Las descomunales orejas de elefante hacen pensar que hay agua en el subsuelo de ahí. Foto: Jean Louis Lacaille M.
Tomado de la Revista Sintaxis, Enlace de la cultura y el arte con la comunidad. Revista mensual, Año 2, número 5, Julio de 1994, Ciudad Mante, Tamaulipas.
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